Sergio “Checo” Pérez completó dos días intensos de pruebas con el nuevo equipo Cadillac F1 Team en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari, en Imola, donde acumuló más de 90 vueltas al volante de un Ferrari SF-23 de 2023 utilizado bajo el reglamento “Testing of Previous Cars”. Este test marcó el primer acercamiento real entre el piloto mexicano y la estructura norteamericana que debutará en la Fórmula 1 en la temporada 2026.
Un regreso necesario: casi un año sin subirse a un F1
Checo llevaba meses fuera de un monoplaza de Fórmula 1, por lo que esta prueba se convirtió en una oportunidad clave para recuperar sensaciones, evaluar su condición física y adaptarse al estilo operativo de Cadillac.
Durante la jornada, Pérez trabajó con simulaciones de clasificación, tandas largas, pruebas de ritmo de carrera y ejercicios de comunicación con los ingenieros. El mexicano completó un programa exigente que contempló:
– Simulación de stint largo para medir degradación y ritmo constante.
– Ejercicios de quali enfocados en gestión de neumáticos y precisión de frenada.
– Prácticas de radio y retroalimentación técnica con el equipo.
– Procesos completos de fin de semana: entrada a pits, ajustes en tiempo real y adaptaciones al setup.
El piloto comentó que la parte más demandante fue retomar la resistencia al nivel de fuerzas G de un F1 moderno. Incluso bromeó diciendo: “Vamos a ver cuántas vueltas aguanta mi cuello antes de que me destruya”, mostrando buen ánimo tras el retorno.
El monoplaza: un Ferrari SF-23 completamente negro
Aunque Cadillac ya trabaja en su coche para 2026, todavía no cuenta con una unidad lista para pruebas, por lo que el equipo utilizó un Ferrari SF-23 de hace dos temporadas, cediendo a la escudería estadounidense la posibilidad de iniciar su preparación bajo normativa vigente.
El monoplaza fue presentado en color negro mate, sin logos, sin patrocinadores y sin elementos de marca. Esta decisión responde a dos motivos:
- Evitar mostrar diseño o pistas del nuevo coche 2026.
- Enfocarse en datos de manejo sin distracciones aerodinámicas ni visuales.
A pesar de ello, Checo logró un desempeño notable, registrando una mejor vuelta de 1:18.820, un tiempo competitivo considerando las condiciones de prueba, la antigüedad del auto y el enfoque no orientado al rendimiento máximo.
Lo que realmente buscaba Cadillac en este test
El objetivo de estas dos jornadas no era romper récords, sino:
– Evaluar a Checo físicamente tras meses fuera de un F1.
– Introducir al piloto en la cultura operativa del equipo.
– Realizar ajustes de ergonomía y adaptación del asiento.
– Probar dinámicas internas de ingenieros, mecánicos y radio.
– Recolectar datos iniciales para el desarrollo del coche 2026.
Estas pruebas dieron al equipo una visión clara sobre el estilo de comunicación de Pérez, su retroalimentación técnica y su ritmo de adaptación a un entorno completamente nuevo. Fuentes cercanas al equipo señalaron que Checo dejó una impresión muy positiva, especialmente por su consistencia y claridad al dar feedback técnico.
Cadillac quiere empezar fuerte en 2026
El proyecto Cadillac F1 es uno de los más esperados de la nueva era reglamentaria. La marca estadounidense ha apostado por un modelo híbrido de desarrollo: ingeniería europea combinada con identidad y visión norteamericana.
El test en Imola es parte del calendario de preparación que incluye:
– Trabajo intensivo en simuladores en diciembre.
– Ajustes finales del chasis en enero.
– Primer encendido del motor 2026 en fábrica.
– Pruebas privadas con el monoplaza nuevo durante la pretemporada.
Para Checo, esta etapa representa una nueva oportunidad en su carrera, al ser el piloto principal en un proyecto totalmente nuevo y con una estructura que ha apostado fuertemente por él.
En declaraciones recientes, el mexicano comentó que Cadillac le ha devuelto la motivación: “Este proyecto volvió a encender mi pasión por la Fórmula 1.”
Qué sigue para Checo Pérez
El siguiente paso para el piloto mexicano será:
– Integrarse a sesiones de simulador.
– Continuar con preparación física intensiva.
– Reuniones técnicas para el desarrollo del monoplaza.
– Regresar a pista en los tests de invierno.
Si todo avanza según lo planeado, Checo estará conduciendo el primer Cadillac F1 oficial en menos de tres meses.
Conclusión: un inicio prometedor
El test en Imola dejó buenas sensaciones tanto para Checo como para Cadillac. Aunque los tiempos no fueron el foco, la consistencia, adaptación y actitud del piloto fueron clave para que el equipo considere esta prueba un éxito total.
Cadillac y Checo comienzan así un camino emocionante rumbo a la temporada 2026, una de las más esperadas por el cambio completo de reglamento y la entrada de nuevas escuderías.
El futuro de este proyecto promete emociones fuertes para los fans del automovilismo y, sobre todo, para México.














