Por primera vez desde que inició la ofensiva israelí en Gaza, la ciudad de Belén encendió este fin de semana sus luces de Navidad y recuperó una de sus celebraciones más simbólicas en la Plaza del Pesebre, junto a la Basílica de la Natividad.
Un encendido con homenaje a las víctimas
El acto comenzó con el himno nacional palestino y un minuto de silencio por las decenas de miles de personas fallecidas en Gaza desde octubre de 2023, cifra que supera las 70 mil víctimas, de acuerdo con las autoridades locales.
Bajo la lluvia, cristianos y musulmanes de distintas zonas de Cisjordania, además de religiosos destinados en Tierra Santa, se reunieron frente al árbol y las decoraciones, en un gesto de esperanza después de dos años en que Belén había renunciado a su imagen navideña en señal de duelo.
Dos años sin turistas en la cuna del cristianismo
Belén, cuya economía depende en gran medida del turismo religioso, ha resentido con fuerza el impacto de la guerra: hoteles cerrados, restaurantes vacíos y comercios que han permanecido con la cortina abajo durante meses.
Uno de los más afectados es Jack Tabash, comerciante de más de 80 años, que tuvo que cerrar por dos años su tienda de artículos religiosos en la Plaza del Pesebre y sólo decidió abrirla de nuevo para el encendido del árbol, con la esperanza de que la tregua atraiga pronto a más peregrinos.
Fe, resistencia y llamada a la paz
Entre los asistentes también había religiosos extranjeros que ven en este regreso de las luces un gesto simbólico de resistencia y un recordatorio del mensaje de paz ligado a la Navidad en la ciudad donde, según la tradición cristiana, nació Jesús.
En la plaza se mezclaron familias cristianas y musulmanas, muchas de ellas llegadas desde otros puntos de Cisjordania, que aprovecharon la cita para reencontrarse, celebrar “un poco” pese al dolor y reivindicar que ambas comunidades siguen viéndose “como hermanos y hermanas”, aun en medio de las restricciones y el miedo provocado por la ocupación y el conflicto.
Con el árbol ya iluminado y las primeras actividades navideñas en marcha, Belén intenta recuperar su papel como punto de encuentro para peregrinos y visitantes, mientras el futuro de Gaza y de toda la región sigue marcado por la incertidumbre.














