Comprar coche sigue siendo una de las metas financieras más comunes en México. La buena noticia es que no siempre tienes que recurrir a un crédito: especialistas en finanzas personales recuerdan que sí es posible no pagar intereses al banco si diseñas un plan para ahorrar y defines desde hoy qué tipo de vehículo quieres y cuánto puedes destinar al objetivo cada mes.
La asesora en ahorro y retiro Natali Lagarda explica que un carro no es una inversión, porque pierde valor desde que sale de la agencia, pero sí puede ser un gasto necesario si te ayuda a trabajar, moverte mejor o ganar tiempo. El punto clave es no comprar por impulso, sino con estrategia: analizar tu situación actual, tus ingresos y tus prioridades antes de endeudarte varios años.
Antes de empezar a ahorrar, conviene responder algunas preguntas: ¿ya tienes auto y podrías venderlo para usar ese dinero como base?, ¿tienes algún ahorro disponible?, ¿buscas un auto nuevo o seminuevo, grande o compacto?, ¿lo necesitas de inmediato o puedes esperar unos años? De estas respuestas dependerá el tamaño del objetivo y el plazo realista para lograrlo.
“Comprar tu auto de contado es más lento, pero puede ahorrarte cientos de miles de pesos en intereses.”
A continuación, una guía práctica para acercarte a tu próximo coche sin comprometer de más tus finanzas.
- Define el auto que necesitas y cuánto puedes ahorrar El primer paso es aterrizar números. Calcula el precio aproximado del vehículo que quieres y arma un presupuesto. La recomendación de los especialistas es no destinar más de 20% de tus ingresos mensuales a esta meta, para no descuidar gastos fijos ni tu fondo de emergencia. Si el auto cuesta 300,000 pesos y puedes ahorrar 5,000 pesos al mes, necesitas cerca de cinco años para pagarlo de contado (sin considerar placas, seguro y otros costos).
- Usa ingresos extra para acelerar el plan El plazo puede acortarse si alimentas tu “cochinito” con dinero adicional: aguinaldo, bonos de desempeño, reparto de utilidades, un segundo empleo o la venta de tu auto actual. Un ejemplo del estudio muestra que, si en los primeros tres años logras reunir 100,000 pesos entre ahorros, rendimientos y venta del coche anterior, y el precio del vehículo sube a 310,000 pesos por la inflación, el tiempo de espera baja de cinco a 3.5 años. El truco está en no mezclar esos ingresos extra con el gasto diario.
- Haz que tu dinero trabaje: Cetes y Sofipos Para que el ahorro no se “congele” ni pierda valor, Lagarda sugiere usar instrumentos sencillos como Certificados de la Tesorería (Cetes) o cuentas en Sofipos reguladas —por ejemplo, Nu, Stori o Kubo Financiero— donde tu dinero genera intereses. Así, además de protegerte parcialmente de la inflación, cada mes sumas un poco más al fondo para tu auto, sin necesidad de productos complejos. Lo importante es revisar que la institución esté debidamente autorizada.
- Si no puedes esperar, reduce el crédito al mínimo Cuando el auto urge y no tienes el total ahorrado, la recomendación es usar el crédito solo para una parte del valor. Un ejemplo elaborado con el simulador de la Condusef muestra que, para un auto de 300,000 pesos con 20% de enganche, plazo de 48 meses y seguro de vida financiado, terminas pagando alrededor de 435,846 pesos, de los cuales unos 123,000 pesos son intereses, más comisión de apertura y seguro. En cambio, si das 50% de enganche y solo financias 150,000 pesos, el costo total baja a unos 386,478 pesos y los intereses se reducen a cerca de 77,000 pesos.
- Aplica la regla 30% de enganche y 4 años máximo La especialista en educación financiera Mafh Domínguez resume una regla básica cuando sí decides financiar: dar al menos 30% de enganche, elegir un plazo máximo de cuatro años y mantener la mensualidad por debajo de 20% de tus ingresos. Esto ayuda a que el crédito no se vuelva una carga impagable. Además, recuerda que, aparte de la mensualidad, tendrás gastos de uso diario: gasolina, servicios, estacionamientos, posibles multas y el seguro obligatorio. Todo debe caber sin ahorcar tu presupuesto.
Al final, pagar de contado implica más paciencia, pero te evita intereses, comisiones de apertura y seguros ligados al crédito, e incluso puedes negociar descuentos o promociones como seguro gratis por uno o dos años. Usar el crédito acelera la entrega del coche, pero te compromete a varios años de pagos. Elegir la ruta dependerá de tu disciplina de ahorro y del nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir con tu ingreso futuro.













