Entre los principales objetivos financieros de los mexicanos está poder vivir con estabilidad sin preocuparse por el dinero, ahorrar para conocer otros lugares y liquidar sus compromisos con bancos u otras instituciones. El estudio El valor de aprender: Perspectivas globales sobre la educación financiera, realizado por Banco Santander, señala que 44% desea ser lo suficientemente estable para dejar de angustiarse por sus finanzas, 41% prioriza ahorrar para viajar y 35% busca saldar deudas.
El informe muestra que, más allá del consumo inmediato, muchos hogares están pensando en metas de mediano plazo, como unas vacaciones pagadas sin endeudarse o reducir el peso de créditos atrasados. Estas prioridades conviven con el reto de mantener al día gastos básicos, como renta, servicios y alimentación, en un contexto de ingresos que siguen siendo limitados para buena parte de la población.
En cuanto a conocimientos, seis de cada diez mexicanos dicen sentirse seguros de saber manejar su dinero, pero cuando se les hicieron preguntas concretas, esa confianza se tambaleó. Sólo 36% contestó correctamente una pregunta sencilla sobre inflación, lo que evidencia una brecha entre lo que la gente cree saber y lo que realmente domina en temas financieros.
La educación formal tampoco ha ayudado demasiado. Apenas 17% de las personas consultadas recuerda haber recibido alguna clase de educación financiera en la escuela, mientras que 82% afirma que nunca tuvo acercamiento al tema en el aula. Aun así, una mayoría reconoce que entender mejor cómo funciona el dinero les permitiría tomar mejores decisiones, administrar de forma más eficaz sus ingresos y deudas, y acercarse con mayor seguridad a sus metas de ahorro.
“Los mexicanos quieren estabilidad y viajar, pero el ingreso y la falta de educación financiera siguen siendo su mayor obstáculo.”
Cuando se trata de resolver dudas, la primera opción para más de la mitad de los encuestados es acudir con un asesor financiero o especialista: 54% dijo que recurre a este tipo de apoyo profesional. Un 34% prefiere informarse directamente con las empresas que le ofrecen servicios financieros y 27% consulta a familiares o busca respuestas en redes sociales, donde conviven contenidos útiles con consejos poco confiables.
Sobre lo que quieren aprender, los temas más buscados son inversiones (69%) y ahorros (66%), seguidos de cuestiones como tarjetas de débito, impuestos, elaboración de presupuesto familiar y el uso de servicios de banca. Esto refleja un interés real por entender mejor productos que ya forman parte de la vida diaria, pero que muchas veces se usan sin conocer del todo sus costos, beneficios y riesgos.
El principal freno para mejorar la situación financiera, según 57% de los participantes mexicanos, es el bajo nivel de ingresos. Además, 36% aceptó que usaría sus ahorros para hacer compras excepcionales de alto valor, lo que puede poner en riesgo su colchón financiero. Pese a estas dificultades, 85% asegura que en su hogar el presupuesto de ingresos y gastos se cumple siempre o casi siempre, y 62% guarda sus ahorros en una cuenta bancaria, lo que da una base para construir hábitos más sólidos en el futuro.
El estudio, elaborado por la firma Ipsos con más de 20,000 personas en 10 países donde opera Santander, busca medir el nivel de confianza financiera, las áreas donde la gente quiere aprender más y las formas en que prefiere hacerlo: desde escuelas y bancos hasta la familia y las redes sociales. En el caso de México, la conclusión es clara: las metas están bien definidas —estabilidad, viajes, menos deudas— pero alcanzarlas dependerá de combinar mejores ingresos con una educación financiera más accesible y práctica para todos.













